Pide un deseo, piensa intensamente, mueve tu nariz, y el hechizo se hará realidad. Así encantados, observamos azorados la explosión de un fenómeno que identificamos con la idea de “criptomonedas”. Explicaciones abundan: las mitológicas, las ideológicas, las especulativas.
Las narraciones mitológicas, donde por designio de los Dioses, emerge un misterioso Satoshi Nakamoto -creador del Bitcoin-; o jóvenes genios, como el ruso Vitálik Buterin- fundador del Ethereum-, que, de un día para otro, con sólo una idea y una computadora, implementa la innovadora tecnología de contratación, los Contratos Inteligentes, que pone en jaque a las tradicionales usanzas de los sistemas jurídicos. Y muchos, esenciales “mitos cotidianos”, oportunos para que el hechizo prospere, donde, a modo de muestra, infantes ingenuos jugando en sus computadoras se hacen millonarios de la noche a la mañana.
Otros discursos ponen énfasis en lo ideológico, donde hacer lo que te plazca con tu dinero o tener tu propio Banco en una Billetera Virtual es tu “legítimo derecho” –supuesto que pone en jaque el rol de control y regulación de los Estados-. Estas posturas, en el imaginario colectivo, serían la consumación apoteótica de los ideales libertarios gestados en la Revolución Francesa. No está de más destacar, que, este ejercicio “de libertad extrema” para el desplazamiento de “dinero”, ha sido, y es, altamente aprovechado por quienes realizan actividades ilegales: narcotráfico, trata de personas, lavado de dinero, etcétera.
Y quizás, la menos explicada, pero la más real de las realidades, es el fenómeno especulativo. Donde es muy difícil, analizar objetivamente, qué determina el valor de estas denominadas “criptomonedas”, porqué bajan y suben abruptamente, y quienes provocan éstas oscilaciones en las cotizaciones. ¿Cuál es la mano invisible que está detrás de “el sube y baja cripto”? En el trayecto, están quienes han perdido mucho, y otros que han ganado en exceso.
Sin lugar a dudas, las criptomonedas han desatado poderosas fuerzas. Tal como expreso en otras publicaciones[i], indagar sobre El Poder requiere arrojo, sin embargo, “podríamos entenderlo como: una fuerza –o voluntad– que aplicada en una dirección determinada con un propósito específico tiene la capacidad de crear, organizar, transformar o destruir formas”. También sostengo que “La fuerza, dirección y propósito se organiza subjetivamente a partir de ideas, creencias, ideologías, sistemas jurídicos, sistemas políticos, el dinero, los conocimientos, las tecnologías; incluso, por accidentes naturales como terremotos, inundaciones, sequías, la caída de un meteorito”
Discernir el propósito, dirección y fuerza de las criptomonedas, resulta necesario para avizorar hacia dónde nos dirigimos. Es evidente, “la idea de las criptomonedas” está transformando colectivamente nuestro entendimiento del intercambio humano.
Desde esta perspectiva, en mi opinión, asistimos a un poderoso experimento de manipulación de la energía, mediante la creación de un imaginario mental colectivo, que, sin lugar a dudas, tiene una extraordinaria fuerza, cuyo propósito resulta aún indescifrable, y que, hasta ahora, la dirección ha sido la acumulación de energía –entendida como riqueza- en las manos de unos pocos.
[i] EL PODER CREADOR DE LA CONCIENCIA, Margarita Llada, 2013. Editorial Dunken. Disponible en MERCADOLIBRE.